La mujer de arriba - Freida McFadden

[Ceres]

¿Ya ha salido? Y yo con estos pelos

[almatriste]

Pero... haremos MC, ¿no?

[Maia]

Lo dudas ???

[Diavola]

Pero... haremos MC, ¿no?

Por supuesto
Las sospechosas habituales id sacando las agendas para cuadrar fechas

[Maia]

[Ceres]

Yo hago hueco cuando queráis

[almatriste]

Yo tengo la agenda vacía, así que me adapto!

[Dilier]

Leído hasta el episodio 28 y de momento muy bien, ha llegado un punto en el que estoy enganchado a la historia y no descarto acabarla este fin de semana. Os la recomiendo.

[Vicente2V]

Pero... haremos MC, ¿no?

Por supuesto
Las sospechosas habituales id sacando las agendas para cuadrar fechas

Algún sospechoso también se apunta.

[Admara]

Sí, yo me apunto también!!

[Vicente2V]

Fecha?

[Admara]

Si lo consigo, para el 18 de diciembre estaría bien...

[almatriste]

Si lo consigo, para el 18 de diciembre estaría bien...

A mí me vale!

[Vicente2V]

Si lo consigo, para el 18 de diciembre estaría bien...

A mí me vale!

A mí también.

[jonathan stride]

Anterior en el tiempo al fenómeno de “La asistenta”, la novela que nos ocupa representa a la perfección la evolución orgánica experimentada por McFadden para culminar una trilogía que, en contra de lo que cabría esperar, se tradujo en consecuencia ineximible de un relato empleado para afianzar, cual piedra de toque, una idea que germinó en la imaginación de la autora en un estado inicial que precisaba un notable pulido tanto a nivel argumental como conceptual y estructural. El grado de complejidad desarrollado en aquella se formula como deudora directa de esta obra, sumamente necesaria y de relevancia capital en aras de un progreso no tanto narrativo como creativo.

En calidad de novela de transición, por tanto, ilustra las deficiencias propias de una versión menor, la cual peca de una linealidad subyugante y carece de la volátil mutabilidad de su hermana mayor. Para los acólitos de la trilogía de referencia la distancia se torna insalvable, toda vez que los plot twists, seña de identidad de la misma, se reducen a la mínima expresión en esta entrega. De hecho, amparándose en una inefable ambivalencia como la que faculta el prisma de un narrador poco fiable, la autora requiere de ciertos sofismas que empañan el conjunto global, si bien su constatación se produce en las páginas finales. Cuantos ardides transmutan en aserciones nublan el juicio de un lector proclive al descreimiento, alejado de una credibilidad que se torna esencial para sufragar el cometido intrínseco de la lectura.

3,25 estrellitas para una metodología experimental absolutamente indispensable para el devenir de la carrera literaria de McFadden. El esqueleto de la historia replica punto por punto todo lo leído en “La asistenta”, resultando explícitamente obvio que la escritora ha dispuesto este libro como cimiento sobre el que proyectar y amplificar la grandilocuencia de aquella. Como novela stand alone, la muy similar “Verity, sombra de un engaño” constituye una opción infinitamente más acertada y gratificante. Inextricable encomienda la que tiene asignada una autora que verá harto complejo superar su obra de referencia. Atesora la coacción de la crítica, tanto como su patrimonio aligera su carga. Cría fama...