El día del apagón, que será largamente recordado, era frecuente escuchar novedades acerca de cómo algunos ajustaban sus quehaceres. Expresiones de alborozo, de volver a tiempos de calma. Descuento las situaciones adversas, claro, que también las hubo. Me he ido al parque con amigas a jugar a las cartas, contaba una de mis hijas tras el apagón en su oficina. Lo mismo la otra, que fueron juntas. Esta noche ha sido de velas, compartiendo palabras y silencio, escuchaba decir a otros. Ayer mismo, un amigo informático me decía: dediqué la tarde a leer en el jardín. Y yo pienso, me pregunto, como hacía Remedios Amaya, ¿ay, quién maneja mi barca, que a la deriva me lleva?
Rincón de lectura con tulipán.
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