Esta breve reflexión viene al hilo del robo que sufrió la cantante Shakira de las canciones que tenía preparadas para el que en aquel entonces iba a ser su último disco. Ocurrió en un aeropuerto: en su maleta se hallaban sus creaciones. Buscó a los ladrones por lo ancho y largo de Colombia, anunció el hecho en los medios de comunicación y por fin consiguió hablar con los que le habían quitado sus temas: "Vimos unos papeles escritos, y... Los tiramos".
La cantautora había necesitado meses para componerlas. Con desazón, no lo quedó más remedio que resignarse y empezar desde cero a crear de nuevo. De ahí nació el compacto "Dónde están los ladrones". Tuvo tiempo de pensar que quizá todos, en cierta medida, éramos ladrones: tomábamos prestadas palabras si escribíamos, por ejemplo. Como dice la letra de la canción que da título al CD:
Nos apropiamos siempre de algo ajeno en lo que hacemos. El ser humano es imitativo: aprende emulando, repitiendo lo que hacen los otros. Cuando se crea, supuestamente es "ex novo", pero siempre se echa mano de algo preexistente: la fuente de inspiración. A veces te mueve una imagen, un suceso tuyo o de otros, una melodía o incluso un vídeo-clip.Y qué pasa si son ellos
Y qué pasa si soy yo
El que toca esta guitarra
O la que canta esta canción
La que canta esta canción
Shakira tenía razón: todos somos ladrones.